Postergar…

Una palabra muy fuerte pienso a veces, dura, pero muy cierta. Nos empeñamos por hacer cosas y a veces son tantas que no nos damos abasto para poder completar algo bien, al menos a mí me sucede siempre, una vez me propongo a hacer algo siempre hay inconvenientes para seguir adelante.

Siendo sincero, uno mismo es el que crea esas barreras que nos bloquean y nos hacen sumamente imposible concretar algún objetivo tal y como lo queremos, siento que nosotros mismos nos saboteamos los planes, lo increíble es que ni sabemos cómo ni por qué, tal vez es por la famosa “naturaleza humana” de la que somos acreedores o simplemente es porque soy el único zopenco que lo hace ¡JA!

¿A dónde voy con todo esto? FÁCIL: Tengo como que muchísimo tiempo tratando de animarme de nuevo para escribir en un blog y simplemente no se me da la gana, se me olvida, me da hueva, tengo mil compromisos, mil cosas por hacer y simplemente ponerme a escribir como lo hacía antes ya no lo hago por lo mismo; entonces, pensé… ¿Porqué carajos te quejas tanto si tú mismo te bloqueas para todo?... Y en efecto esa vocecilla me taladró con esas palabras y casi la quería asesinar porque me dolió encontrarme con la cruel verdad.

Por ello heme aquí de nuevo editando una nueva entrada, no un comienzo tal vez, una continuación podría ser, pero tampoco queda, hay tantas cosas truncas en mi vida que ni siquiera sé cual de todas estoy continuando, aunque sin decir mucho el camino del blog es el que retomo ahora, y espero terminar otras cosas que he ido dejando para después…

Espero no sea la primera ni la última vez que escriba aquí, hay tantísimas cosas que quiero publicar, pero tan poco el tiempo que a veces me permito (creo que esa es la frase correcta) que ya no sé ni lo que vaya a suceder.

Por ahora me despido sin más tarugadas, ni tonteras.

Su servidor Héctor.